En el decanato embarcadero de la Diócesis de Texcoco, Nos Reconocemos, Valoramos y Aceptamos como Personas para ser Casa y Escuela de Comunión.

viernes, 10 de octubre de 2014

Clausura del Santo Jubileo en la Vicaria "Nuestra Señora de Guadalupe"

Chimalhuacán, Méx. 10 de octubre 2014. 
RÓBAME LA TRISTEZA, DIVINO LADRÓN
Con la misma alegría con que inició su recorrido por todas y cada una de las parroquias de la 4ª. Vicaría Episcopal, el Santísimo Sacramento regresó a la parroquia de Nuestra Señora de Guadalupe acompañado por los párrocos de la Vicaría, y así culminar el Santo Jubileo del 2014.

Con fieles de todas las parroquias, reunidas en el Templo dedicado a Nuestra Madre Santa María de Guadalupe dio comienzo la procesión del Santísimo que tuvo como destino final el Centro de Reconciliación de los Misioneros Servidores de la Palabra, en donde se puso a prueba la fe y dedicación de los asistentes ante la inclemencia del clima ya que una fuerte lluvia se presentó durante el recorrido.


En las instalaciones del Centro de Reconciliación comenzó la Celebración Eucarística presidida por Monseñor Juan Manuel Mancilla, obispo de Texcoco. En su homilía el Obispo hizo hincapié en la identidad de Jesús como Hijo de Dios y Maestro bueno; recordó el pasaje de la mujer que se tiró a sus pies y lo despidió diciendo: “maestro mío, tú con tu palabra, con tu persona lo multiplicaste todo; santificaste todo e hiciste crecer todo, ciertamente en mí y sacaste todo lo bueno de Dios en mi ser de pecadora, destrozada, miserable.” Y después se le echó a los pies y lo adoró. Mencionó que el pueblo de Dios durante el Jubileo debe adorar con esas mismas palabras a Jesús, postrados a sus pies.


También agregó que Jesús “el Hijo del hombre” no vino a ser servido sino a servir, pero que de alguna forma en ese entonces hubo gente que lo descalificó de diversas formas, y sin importar lo que se dijera de Él vino para estar con todas las personas, y se identificó con todos aquellos que decidieron escucharlo sin importar su condición.


Recordó cómo Jesús se comparó de diversas formas con una gallina, que protege, calienta y defiende con sus alas; con un Samaritano, quien en ese entonces era considerado como una de las peores personas, y finalmente se comparó con un ladrón.
Por ello, debemos decir: “Divino ladrón, ven y róbame, ven y despójame, ven y quítame tanta vanidad, mentira, soberbia, amargura y desconfianza…despójame”.
Finalmente invitó a los presentes a ser siempre testigos, apóstoles y misioneros de la Sagrada Eucaristía de Cristo, de su cuerpo y su sangre.


Al término de la celebración el Pbro. Elmer Jacob Deleón Magdaleno , Vicario Episcopal de Nuestra Señora de Guadalupe, agradeció a los sacerdotes su participación: Ezequiel Vázquez Briseño, Tomás Argueta, Francisco Oliva, Hugo Elizalde, José Antonio Ramírez, Francisco Javier Aguayo Lazo, Saúl Rojas, Miguel Ángel López, Ángel Hernández García, Juan Manuel Portilla, Jener Valencia, Julenord Clervil, Eusebio Ramos y Octavio Méndez.



Nota: El decanato embarcadero presento con motivo de la apertura del año de la vida consagrada un signo con 7 lamparas que significan el número de congregaciones religiosas presentes en la vicaria.








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